¿Cómo sobrepasar las dificultades para cubrir temas de salud?
Esta columna es publicada a propósito de la ‘Guía sobre el estado actual del periodismo en salud en América Latina’, un documento presentado por la Fundación Gabo y Roche América Latina, que ofrece una radiografía y, a su vez, una hoja de ruta para un ejercicio periodístico cada vez más riguroso, innovador, colaborativo y cercano a las audiencias.
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La cobertura de salud no solía tener tanto prestigio antes de la pandemia. Siempre estuvo ahí como un tema relevante, que ocasionalmente ganaba las páginas principales de un periódico o minutos extra en la televisión, pero que fácilmente perdía atención y espacio para temas de economía y política. Solo las emergencias visibilizaban la salud en la agenda periodística, y la impresión es que seguiría siéndolo, si el COVID–19 no hubiera dejado de ser una “crisis” para convertirse en una “era”, como escuché recientemente en una capacitación sobre vacunas e inmunización de la International Women’s Media Foundation.
La aparición del virus SARS-CoV-2 y su prolongado efecto social, capaz de llevar casi dos años de nuestra historia, ha puesto el foco en la cobertura sanitaria y, como resultado, ha demostrado lo desafiante y lleno de dificultades que es este trabajo periodístico en salud. No en vano el 76% de los periodistas en América Latina considera la falta de formación o especialización como una de las principales dificultades en este período, como lo expresa la ‘Guía sobre el estado actual del periodismo en salud en América Latina’, de la Fundación Gabo y Roche.
Tratar temas tan humanos y, al mismo tiempo, tan científicos requiere preparación. Pero no hay suficientes formaciones, no la había ni siquiera antes de que llegara el virus. Un ejemplo es mi propia realidad. Durante más de diez años de reportajes, seis de los cuales estuvieron dedicados a temas de salud, mi principal formación ha sido en la práctica. Cuento con los dedos la cantidad de cursos que tomé totalmente enfocados en periodismo de salud o comunicación científica.
La mayoría de las veces busqué la formación por iniciativa propia, no del medio en el que trabajaba, por la necesidad que imponía la aparición de una nueva crisis sanitaria. Profundizada o no en temas de virología, epidemiología e infectología, fui golpeada por la epidemia del virus del Zika, cuyo epicentro de casos fue precisamente el estado en el que vivo, Pernambuco, en 2015. Seis años después volví a estar invadida por lo que se convertiría en la pandemia del COVID–19.
Si mi desesperación por una cobertura contundente y prudente era grande, me imagino la de colegas que nunca habían escrito un texto sobre salud, especialmente a la luz de la crisis financiera que atraviesa el periodismo local. Por eso también es fácil entender por qué el 76% de los colegas de la región Cono Sur y Río de la Plata, entrevistados en la guía, señalan los bajos salarios como una de las principales dificultades de la pandemia. Se vuelve aún más obvio que cubrir la atención médica requiere preparación, lo que requiere inversiones, que a su vez casi nunca están disponibles de manera satisfactoria.
Es necesario igualar estas dificultades, ya que la cobertura de salud demostró ser interseccional y permanente. No es solo responsabilidad de los periodistas, sino del entorno garantizar estas formaciones y la retribución capaz de pagarlas. Por otro lado, a pesar de los esfuerzos colectivos, vendrán otras crisis de salud y debemos estar más preparados para no repetir errores y desatender las enfermedades emergentes. Por lo tanto, aquí hay algunos consejos sobre cómo realizar esfuerzos individuales y de bajo costo para calificar la cobertura en el área de la salud:
1. Busca periodistas locales que son referentes en cobertura de salud y ciencia
Casi todos los medios de comunicación, especialmente los más tradicionales, cuentan con al menos una persona que cubre la salud. Trata de hablar con ella, haz preguntas cada vez que esté frente a una agenda en el área, pregunta cuáles son las fuentes ideales para ese informe y lea / vea todo lo que esa persona produce. Si no hay suficiente formación en periodismo de salud, hay periodistas que nos enseñan a través de la experiencia. Aquí en Brasil, destaco a Cristiane Segatto, Cláudia Collucci, Roxana Tabakman y André Biernath. En Latinoamérica tenemos a Fabiola Torres, Aleida Rueda y otras.
2. Busca cursos y formación en fundaciones y centros de investigación periodística
Con la pandemia, surgieron varias oportunidades de capacitación gratuitas para periodistas de salud. El taller ‘Claves para cubrir la vacunación contra COVID-19 en América Latina’, a cargo de Fundación Gabo; la Iniciativa global de reportajes sobre salud: vacunas e inmunización en África, América Latina y el Caribe (IWMF); el Covid-19 Crisis Reporting Hub (Fundación Thomson Reuters); o ‘Periodismo científico: de la pandemia a la crisis climática, cómo mejorar la cobertura científica’ (Centro Knight); ‘Cobertura de la vacuna Covid para COVID-19: lo que los periodistas deben saber (Centro Knight)’, entre otros.
3. Despeja todas las dudas y chequea la información más de una vez
Una de las mayores dificultades para quienes comienzan a producir informes sobre salud está en la interpretación de los estudios científicos y en la capacidad de sintetizar y hacer accesibles los términos técnicos que hablan los médicos y científicos en una entrevista. Esto se puede ganar de varias formas. Es necesario tener en cuenta quién es tu audiencia y explicar esto a los entrevistados. Preocúpate siempre por cómo su audiencia entenderá el contenido. Además, no temas hacer la misma pregunta a la fuente dos, tres o más de cuatro veces si es necesario. Y tener una agenda de fuentes confiables, personas actualizadas en investigaciones en el área, sin conflictos de interés y capaces de ayudarlo a interpretar las investigaciones científicas (esta lista debe ser revisada periódicamente, dada la actual negación médica y posición política bajo temas de salud). Si no cubres la salud con frecuencia, hay algunas instituciones, como la Agencia Bori, que brindan una agenda de fuentes, donde puedes comenzar a construir la tuya.
4. Busca guías que te ayuden a interpretar la información
No siempre habrá un experto disponible para ayudarte, pero existen varias guías y manuales públicos, elaborados por instituciones académicas y periodísticas, que también pueden cumplir con este rol. Uno de ellos es la guía de la Organización Mundial de la Salud, que también periódicamente pone a disposición informes en su página. Otros son el ‘Manual de edición de periodismo científico’, publicado por el Programa Knight en Periodismo Científico (KSJ) del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y el Manual Noticiando Vacinas, de Agência Bori. En Brasil, la Revista Radis y el portal de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) son excelentes fuentes de información.
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