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Raúl Castro: «La izquierda se comió el amague»

El fundador de Falta y Resto hablo de la Murga Mundial, de la pandemia y del carnaval, entre otros temas.



Este uruguayo inquieto hasta los tuétanos no necesita presentación. Quien no conoce al fundador de la «Falta», la «murga de las cuatro estaciones». Pero cómo presentar a este ícono de la cultura popular, multifacético y creativo. Publicista, escritor, murguista, ex basquetbolista. Hincha de Tabaré y de Peñarol. «El hombre que quería hacer cantar al mundo».

Raúl Castro es todo eso y mucho más. Pero por encima de todo: es un hombre libre. «Yo soy un bendito y le agradezco a Dios todos los días poder seguir con mis ideas y que la vida me haya dejado seguir siendo libre, que es lo que más cuido: mi libertad». El «Flaco» habló de todo: de su última creación, la «Murga Mundial», de la Falta y Resto «paritaria», de la pandemia y del próximo carnaval. También habló de su compromiso con la izquierda y de la derrota del Frente Amplio.

¿Que cantará la Falta y Resto el próximo carnaval? preguntan algunos…

…»si ahora ya no caben sus cantos de denuncia, si la paloma vuela y el halcón volvió al nido, quizás, alguno piense que esta murga renuncia». Hicimos un espectáculo interactivo aprovechando la pandemia; como no podemos cantar presencialmente, decidimos cantar virtualmente con el agregado de que la pandemia nos permite, como es mundial hacer una Murga Mundial.

Las tres voces las grabamos en el estudio del negro Techera, en Hipocampo, los primos, segundos y sobre primos, las largamos a las redes y la gente empezó a mandar los videos y ahora ya está en la calle la presentación de la murga mundial que se llama «un agujero en la red». Seguiremos hasta tener un espectáculo completo de 8 o 10 momentos y haremos la despedida. Una vez culminada, con toda la gente que participó, vamos a hacer un espectáculo el año que viene.

La Falta nace hace 41 años, en plena dictadura.

Era tanta la avidez que los tablados habrían de mañana porque las murgas decíamos lo que no decía nadie porque estaba todo prohibido. Estaba cantando el Canario Luna el cuplé del prohibido en el año 84, en ese momento, entra la otra murga que iba a cantar después de nosotros que era La Bohemia, venían disfrazados de obreros y cada uno tenía en la mano una herramienta hecha en grande, martillos, tenazas, etcétera, entra el pelado Díaz con una pala la mano, estaba lleno de gente mateando y la murga cantando, el Canario dice; pará, pará, pelado Díaz, es la primera vez en mi vida que te veo con una pala la mano (risas).

Hoy la Falta es una murga paritaria. ¿Cómo llega la murga y Raúl Castro a esa definición?

Enseñanza. Uno tiene que vivir en la vida de una manera que como decía aquel proverbio; cuando vos llegaste al mundo, todos se reían y vos llorabas y vivir de manera que cuando vos te vayas todos lloren y vos te rías. Para eso es necesario aprender todos los días. De lo que se aprende más es de la familia, de los amigos, de las amigas. Tuve la suerte de estar rodeado siempre de mujeres maravillosas, desde mi madre hasta mis compañeras de vida y mis hijas. A partir de ahí fui desentrañando aquel viejo mito de que uno se piensa que se las sabe todas y va caminando por la vida creyendo que éste es mi camino y qué me van a hablar de amor y no es así.

Uno tiene que ir aprendiendo, tiene que ir cambiando, tiene que ir viendo sus defectos y las cosas que va haciendo mal. En ese tránsito, cuando uno tiene una herramienta, introduzco a la murga que es tan profunda donde tenés que discutir textos con compañeros y compañeras y tenés que, sobre todo, darte cuenta que la murga es el espejo de la gente, si ves que tu sociedad está cambiando y que es otra, la murga lo tiene que reflejar.

Ya no puede ser aquel grupo de muchachos bien intencionados, jaraneros, locos, locuaces, alegres, a veces muy profundamente políticos. También tiene que reflejar arriba del tablado lo que sucede con la sociedad, por ejemplo, la paridad que tiene que haber entre el hombre y la mujer. Cuando planteamos eso parecía muy sencillo pero causó en la murga y fuera de la murga y en el carnaval todo porque lo hacía La Falta, una revolución.

Se armó un lío bárbaro. Me parece que para eso vinimos nosotros, para meter el dedo en la llaga, para transformar la realidad en alegría pero diciendo las cosas que hay que decir y haciendo las cosas que hay que hacer, eso a la vez me cambió, porque pintar en el lienzo del letrista con el color rojo que aporta la mujer te cambia para adentro, uno trata de cambiar para afuera pero a la vez va cambiando para dentro.

El aporte de las letras de Soledad, mi hija, ha sido sustancial para que La Falta madurase, después todo los problemas que trae la democracia.

¿Cómo reflejar un drama como la pandemia?

La pandemia es un popurrí de temas. Hay de todo para hablar, desde el trabajo, la salud, las relaciones humanas, las relaciones con los niños, la educación, la tecnología. Lo fundamental es pararse en la alegría, la murga tiene que transformar la realidad en alegría, ¿cómo hacemos para transformarla? hay que buscarle la vuelta.

Capaz que en una despedida hacés referencia a lo más crudo pero en el medio, cuando hables de la pandemia, tenés que meter al tipo o a la mujer que ya no puede tirarse una cañita al aire, o una historia que de repente vos inventaste pero que pudo haber sucedido en pandemia y queda para que la gente se muera de risa y después que se murió de risa como decía el Canario Luna, y abrió el alma, ahí metés lo que vos querés decir y ahí, pácate, mirá lo que me está diciendo este tipo, me está haciendo reír pero me está haciendo pensar, yo lo agarraría por ese lado, es multicausal y hay que pensarlo bien.

Todo el mundo lo va a tratar, hay que hacerlo con creatividad, buscarle la vuelta.

Se te vio muy activo en la última campaña convocando al voto por el Frente Amplio ¿faltó trabajo con la gente, faltó el mano a mano? ¿Lo mediático copó más la campaña del Frente o faltó aquella estrategia que salió en la segunda vuelta del puerta a puerta a hablar con la gente?

Creo que nos comimos el amague, la izquierda se comió el amague, nos fuimos para un lado donde ideológicamente no tendríamos que habernos dejado llevar, nos preocupamos en llenar el carrito del supermercado mientras se estaba vaciando la biblioteca, vos podes preocuparte de llenar el carrito pero mientras la biblioteca siga activa y cuidada (con el índice de su mano derecha señala su cabeza).

Se burocratizaron mucho los mandos de la izquierda. La burocracia es inevitable, porque si te acostumbras a vivir con 10, pero un día te pagan 50, te acostumbras a vivir con 50 y después que viviste con 50 no querés volver a vivir con 10. Entonces las carreras políticas se transforman en peleas para mantener un puesto y ahí es cuando uno empieza a pensar en uno en lugar de pensar en la sociedad, que supuestamente vino ayudar porque para eso hizo política.

Nosotros, cuando teníamos 17, 18, 19 años no pensábamos, nos vamos a hacer ricos, vamos a meternos en el Frente Amplio, éramos el 15% de la población, nos asustábamos y salíamos puerta a puerta, hacíamos la barriada, a veces nos corrían y nos pegaban algunos palazos, era lo que nos tocaba hacer. Cuando el Frente festejó 40 años fuimos a cantar con la murga, un cocacolero del Palacio Peñarol me dice; flaco, 40 años hace que estás en esto, le digo, más; me dice: yo también atrás del puesto de la Coca Cola.

Me mira y me dice: cambió esto flaco, le pregunté por qué y me dijo, hace 40 años veníamos con la murga acá (me lo decía como si él fuera murguista) y alrededor del Palacio estaba lleno de puestos de chorizos, torta fritas, banderas del frente, ahora están todos en los 0km. ¡Qué crack el tipo!, ¡cómo hizo la disección sociológica!, eso tendríamos que haberlo cuidado de otra manera. Tendríamos que haber mantenido el fervor popular.

Nunca tuve un cargo político, no le debo nada a nadie, hablo desde la independencia de mi criterio político. Nos comimos el amague, nos dijeron es por acá y nosotros fuimos por ahí y no era por ahí porque la metodología es una ideología, la forma como lo hacés es parte de lo que hacés. No quiero meter el dedo en la llaga pero yo hubiera querido hacer cien tablados por todo el país para 500 personas y no un Antel Arena, donde suba la gente de esos lugares a cantar y a hacer sus expresiones en las mejores condiciones.

Capaz que gastábamos menos porque la cultura no es para que venga la NBA a jugar acá, la cultura es para otra cosa, es para el desarrollo popular, tampoco es para que venga el ballet del Bolshoi y todo el mundo esté desesperado para verlo en el informativo y lo vean 200 en el teatro. Lo fundamental es para el desarrollo humano y ese desarrollo humano se da haciéndolo.

Este amigo que tengo acá, «el Ismael» (sentado a su lado, en la entrevista), es un mago con las manos, te construye una habitación como ésta en 5 minutos, pero eso lo aprendió haciendo, por más libros que hubiese leído, que los leyó. Haciéndolo, vos no te equivocás y en el arte es lo mismo, para eso hay que subir al pueblo al tablado y para que suba al tablado tiene que haber miles de escenarios.

Bibliotecas era antes, ahora son pequeños estudios de audio de comunicación donde la gente se pueda juntar porque estos aparatitos (muestra su celular) nos aíslan pero también nos pueden juntar; como todo, es el medio vaso lleno y el medio vaso vacío. Miremos el medio vaso lleno, utilicémoslo. Eso le faltó a la izquierda pero estamos a tiempo de corregirlo.

En cuanto a mi compromiso, está lleno de mil ejemplos de tipos que se han comprometido infinitamente más que yo y lo único que ganaron es que están mirando el pasto desde abajo. Yo soy un bendito y le agradezco a Dios todos los días poder seguir con mis ideas y que la vida me haya dejado seguir siendo libre, que es lo que más cuido, mi libertad.

El año pasado y este año ha sido complejo para el mundo y para vos. ¿Cuál es tu mensaje y la visión que tenés para seguir tirando para adelante?

Voluntad, divino tesoro, voluntad, voluntad. Le digo a la gente, hagan foco en la voluntad, en las ganas de. Si uno se cae es para levantarse; por eso se cayó y aprende más cuando se cae que cuando no se cae. Con voluntad y fe se sale.

Caminar por la vereda del sol, decía el Hugo Alfaro, la palabra del hoy, de ahora, del ´vamo arriba´ es pongámosle voluntad que salimos. No estoy hablando de ningún sector político en particular, hablo del ser humano, del habitante de esta nave que nos lleva no sabemos a dónde y no sabemos de dónde venimos, pero vamos. Dijera el maestro, el camino es la recompensa.

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