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SOBRE PREPARACIÓN POR EL RÉGIMEN UCRANIANO DE NUEVAS PROVOCACIONES

Por Igor Gordeev

Agregado de Prensa de la Embajada de Rusia en Uruguay


Es muy preocupante la información recibida del Ministerio de Defensa de Rusia

sobre un plan de provocaciones elaborado por parte de EE.UU. con el objetivo de acusar a

Rusia de utilizar armas nucleares, químicas, biológicas o tácticas en Ucrania.

Las razones son evidentes: aumentar la presión internacional sobre Rusia y ocultar los impactantes detalles de la cooperación ilegal entre EE.UU. y el régimen ucraniano en la esfera de creación de armas bacteriológicas que han sido revelados al mundo. Cuando se presentaron las evidencias, incluso la Subsecretaria de Estado de EE.UU. Victoria Nuland tuvo que confirmar públicamente la presencia de biolaboratorios estadounidenses en Ucrania. Ahora Kiev, con apoyo de Washington, en sus esfuerzos por desacreditar la operación militar especial de Rusia, planea implementar en un futuro cercano escenarios que podrían llevar a la muerte de decena de miles de ciudadanos ucranianos y provocar una catástrofe medioambiental y humanitaria.


Los líderes de los países occidentales ya empezaron a preparar la opinión pública y

regularmente hacen declaraciones provocativas sobre la posibilidad de que Rusia use armas de destrucción masiva. Sin embargo, no debemos olvidar que similares proyectos de provocación ya han sido implementados por EE.UU. varias veces para lograr sus objetivos políticos.



El ejemplo más notorio es el discurso del entonces Secretario de Estado de EE.UU. Colin Powell en el Consejo de Seguridad de la ONU el 5 de febrero de 2003. Un tubo de ensayo con detergente en polvo en sus manos sirvió de pretexto para la invasión de Irak y la muerte de casi medio millón de ciudadanos.

En 2017, la provocación con participación de Cascos

Blancos sobre presunto uso de sarín llevó a un ataque con misiles contra el Aeródromo de

Shayrat en Siria. En 2018, imágenes escenificadas de niños sirios presuntamente envenenados con cloro llevaron a la destrucción de un centro de investigación médica en Barz y Jamrai.

Y solo el testimonio de los testigos de estos eventos traídos por la Federación Rusa a La Haya abrió los ojos de la comunidad mundial sobre lo que estaba sucediendo. Lamentablemente, hasta el momento nadie ha rendido cuentas por estas provocaciones. Ahora está previsto utilizar tres variantes de escenarios en Ucrania para acusar a la Federación Rusa.

El primero (el más probable) es un así llamado “incidente escenificado de bandera

falsa”. Este escenario podría implicar el uso real de armas químicas y biológicas con víctimas

entre la población, o sabotaje escenificado, como si fuera por parte de Rusia, en las

instalaciones ucranianas que utilizadas anteriormente en el desarrollo de componentes de

armas de destrucción masiva.

Este escenario se planea realizar en las instalaciones químicas y biológicas de Járkov y Kiev. No se descarta una provocación en las centrales nucleares.

Además, el régimen ucraniano está considerando la posibilidad de atacar el almacenamiento

de desechos radiactivos en la antigua planta química de Pridnestrovia en la región de

Dnepropetrovsk.

El segundo escenario es “el uso de pequeñas cantidades de armas de destrucción masiva de forma encubierta” para suprimir la voluntad y la capacidad de resistencia en el marco de una determinada tarea operativa. Se planteaba llevarlo a cabo en la acería de Azovstal, pero la orden del Presidente de Rusia, Vladímir Putin, de cancelar el asalto a esta planta metalúrgica, frustró los planes del Pentágono para realizarlo. El tercer escenario (la opción menos probable) es el uso abierto de armas de destrucción masiva en el campo de batalla; en caso de que las armas convencionales no tuvieran éxito. Tal escenario puede ser

realizado en Slavyansk y Kramatorsk, que se han convertido en ciudades fortalezas.

En los últimos días ya han aparecido múltiples evidencias que confirman los intentos

de realizar provocaciones con el uso de armas químicas por parte de Kiev.


Por ejemplo, el 21 de abril de 2022, un contenedor con ampollas fue arrojado sobre la posición de las tropas rusas desde un aparato aéreo no tripulado (UAV). Estaba previsto que al ser destruidos se produjera una reacción química que provocaría una explosión e incendio con la liberación de sustancias tóxicas no incluidas en las listas de la Convención. Ahora se realiza un análisis del contenido de las ampollas en el laboratorio del Centro Científico Ruso, acreditado por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). Los resultados del análisis serán enviados a la Secretaría Técnica de la OPAQ. La alta probabilidad de que Kiev bajo el patrocinio de Washington escenifique el uso de armas químicas también se confirma por los grandes suministros de antídotos venenosos a Ucrania. Solo en 2022 EE.UU. entregaron a las autoridades ucranianas más de 220,000 ampollas de atropina.

Para investigar los incidentes químicos en Ucrania se utilizará el mecanismo

atributivo de la OPAQ, que permite fabricar las pruebas necesarias y designar a los

perpetradores a discreción de los países occidentales y que ya fue implementado durante las

investigaciones de incidentes químicos en Siria. En áreas de hostilidades en las que no se permitirán representantes de países de la OTAN, está previsto involucrar a representantes del

Comité Internacional de la Cruz Roja.

Ante las futuras acusaciones contra Rusia hay que recordar los siguientes hechos. En

2017 la Federación de Rusia destruyó por completo su arsenal químico, lo que fue confirmado

por la OPAQ. A su vez, EE.UU. es el único país miembro de la Convención sobre Armas

Químicas que todavía posee un impresionante arsenal de agentes de guerra química. Mientras los programas para la creación de armas biológicas en la URSS ya se redujeron por completo en 1972, Washington, según algunos datos, hasta el día de hoy sigue controlando 336 laboratorios biológicos en 30 países del mundo.


Las declaraciones sobre el posible uso de armas nucleares tácticas por parte de Rusia

en territorio donde operan sus propias tropas son absurdas. La Federación de Rusia menos que nadie está dispuesta a utilizar armas de destrucción masiva en el país vecino. Esto lo confirma el mismo sentido común. Para finalizar, quisiera destacar que EE.UU. es el único estado en la historia mundial que ha utilizado los tres tipos de armas de destrucción masiva. Las bombas nucleares lanzadas durante la Segunda Guerra Mundial sobre Hiroshima y Nagasaki, el uso de productos químicos tóxicos en Vietnam e Irak: todos estos crímenes no fueron evaluados adecuadamente por las organizaciones internacionales pertinentes.


Hoy las provocaciones cínicas con el uso de armas de destrucción masiva, planeadas por EE.UU. en Ucrania, tienen como objetivo acusar a Rusia de usar armas prohibidas y someterla al aislamiento económico y político, presionar a los países neutrales y amigos de Rusia, obligándolos a imponer sanciones contra nuestro país, así como asegurar la exclusión de Rusia de organizaciones internacionales.

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