Susana Andrade: No permitamos que el Candombe se transforme en Los Juegos del Hambre
Mis felicitaciones, admiración y respeto profundo a todas las comparsas de candombe afrouruguayo porque entre todas hicieron un desfile más que maravilloso desde la primera hasta la número 45.
No se hace un desfile de esas características con tres conjuntos por más buenos que sean. No sé cómo se distribuye el ingreso por televisar tremendo espectáculo casi la octava maravilla del mundo. sin embargo, sé que nuestro patrimonio ancestral no es mercancía. El candombe es cultura y por ende participación, no competencia. Esto no es contra nadie sino a favor de nuestras mejores tradiciones, las que nos identifican en el mundo, parte de nuestro acervo cultural e identidad, legado afro que no debe ser reducido al bajo precio de la necesidad.
Sólo para contribuir al pienso y no colaborar a seguir normalizando lo que podría ser injusto. el esfuerzo de toda la gente debe ser reconocido y más si preserva la cultura que llegó en los navíos negreros con la criminal trata transatlántica.
“Hay que descarnavalizar el Candombe” Chabela Ramírez. Y agrego; porque le quitan la espiritualidad negra que es la fuente transformadora, unidora, solidaria y sensible, la que nos hace sentir lo inexplicable a través del sonar del tambor; arte y música sagrada y sanadora. Respuesta de amor por la humanidad, ante el dolor inenarrable de la esclavización de nuestras antepasadas y antepasados africanos. El objetivo meramente comercial y al fin destructivo de la esencia es obvio cuando no muestran a las Mujeres de Negro, a las comparsas inclusivas o a quienes no compiten.
Dios Momo y el Carnaval nada tienen que ver con las costumbres afrodescendientes, Son tradiciones religiosas católico cristianas, provenientes de quienes sometieron y prohibieron a nuestras comunidades secuestradas y esclavizadas venerar sus propias creencias en las fuerzas de la naturaleza, los Orixás y Espíritus de Luz. Para quienes dicen que el candombe no es religiosidad afroumbandista, lo siento pero al vincularlo tanto a lo carnavalesco, podrían estar de acuerdo en sacudirse en una fiesta religiosa de los amos verdugos mientras se niegan a reconocer la raíz ritual de la negritud originaria de la cuna africana diaspórica y sacramental. Despreciando lo afro negro y adorando lo blanco por ser blanco. ¡Atención! Por nuestra libertad y nuestros derechos; no permitamos que el Candombe se transforme en Los Juegos del Hambre. ¡AXÉ!
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