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UCRANIA: LA GUERRA QUE LA OTAN LE DECLARÓ A RUSIA (PARTE I)


 

Autor Dr. Ismael Blanco


El análisis del conflicto lo desarrollaré en dos partes: En la parte I,  expondré la génesis y los antecedentes que lo motivaron, y en la parte II, analizaré  las estrategias bélicas y de desinformación empleadas por Occidente para la arremetida contra Rusia. (guerra híbrida).



En el siglo XXI ¿es posible analizar los conflictos bélicos utilizando los conceptos de las guerras tradicionales? o en cambio ¿deberíamos incorporar otras herramientas cibernéticas formadoras de opinión?


Planteado este interrogante analizaré en forma conceptual el escenario geopolítico  que motivó  “la operación especial” que lleva a cabo Rusia en Ucrania, la cual desde el inicio he denominado como “la guerra que la OTAN declaró a Rusia en Ucrania”,  porque los hechos probaron que la misma  no es ni más ni menos que el resultado de las circunstancias fácticas que antecedieron al conflicto bélico en sí, cuyos inicios más próximos podemos ubicarlos a partir del Maidán en el 2014, sin perjuicio que los mismos fueron precedidos  además por  la política bélica constante y pertinaz llevada a cabo por Estados Unidos y la OTAN contra la Federación de Rusia.


En efecto, las hostilidades respecto de Rusia y su población se retrotraen a tiempos muy anteriores, diría yo - para trazar una línea temporal de inicio-   que el mismo se produjo con el ardid  embustero que pergeñó la Administración de la familia Clinton desde los´90, convenciendo a los pueblos del mundo a que miraran al cielo ya que se acercaba el fin de la posibilidad de la hecatombe nuclear;  que todo devendría en el libre acceso a bienes de todo tipo, –mas no los fundamentales como se ha comprobado- , así como tampoco la libre circulación de personas. 

Del cielo sólo cayeron bombas y se aplastaron ilusiones.  Se aplicó aquí la triste sentencia de Julio Cesar: “por lo general, los hombres creen fácilmente lo que desean.”  


Dicho esto, en el actual contexto la situación bélica en Ucrania encabezada  por la OTAN y seguida por los secuaces que todos conocemos,  avanzó con amenazas y provocaciones y decisiones con intención de colocar misiles en la frontera de Rusia, lo cual, por su gravedad constituye  en sí misma una declaración de guerra  al país Euroasiático, con la perversión imperialista de utilizar monigotes creados a su imagen y semejanza.


Por  si faltara algún detalle más aun para completar la depravación, todo se realizó  manipulando a un país hermano de Rusia, con  un gobierno usurpador edificado sobre un golpe de Estado y con toda la oposición a día de hoy proscrita; perseguida, encarcelada y en algunos casos asesinada, sumado al extasis del fascismo que fue clausurar y perseguir la fe religiosa ortodoxa de origen ancestral. 


Por estas horas los Borrell y la sociedad de burócratas a sueldo de la OTAN convalidan como presidente a un dictador con el sólo el hecho de mencionar a Zelenski referenciándolo como “presidente” y líder cuando en realidad su mandato caducó y  sólo es un espantajo que por imperio de su arrastrada voluntad del autócrata, se auto invistió en dictador rentado de los yankis, NO convocó a elecciones presidenciales a finales de marzo de este año y por tanto no tiene legitimación constitucional para continuar ejerciendo el cargo, pero de igual modo con la aquiescencia de Occidente continúa dado rienda suelta a su pérfido  juego de vanidades aniquilando a su propio pueblo. 


Y no me olvido porque aquí la reiteración es necesaria, al decir de Primo Levi: “recordar es un deber”, que durante casi una década en el Este de Ucrania se asesinó en masa, se torturó, se violó, se bombardeó y se condenó de todas las formas posibles a la población ucraniana rusoparlante del Donbas. Pero para ser más ajustado a los hechos,  el terror se sembró del río Dniéper hacia el Este, sin disimulo, provocando a tal punto, que no es casual, que una vez que Rusia planta batalla a la OTAN, se encuentra con bastiones y ciudades fortalezas construidos vaya casualidad durante años de la guerra civil, como lo han sido los enclaves de Mariupol; Bajmut (Artemivsk); Avdivka y en estas horas Chasiv Yar y así será sucesivamente.

Esta es una prueba palmaria que la provocación y la propuesta de guerra fue iniciada y planificada sistemáticamente por los servicios principales de la OTAN como la CIA y el MI6 tanto en infraestructura como en asistencia y entrenamiento a los batallones fascistas de Azov y Sector Derecho entre otros desde al menos el 2014.



Estos personajes fomentaron la rusofobia llevándola a términos exacerbados y  alentaron al mundo a aplicar  sanciones de las más crueles, confiscando dineros, aislando literalmente a los rusos de todas formas posibles, a extremos de clausurar su cultura; a tal punto que se cancelaron conciertos de artistas rusos, se prohibió su idioma, se eliminaron vuelos aéreos, se cerraron las fronteras; se atentó contra  gasoductos como el Nord Stream, puentes, y todo tipo de infraestructura civil. A esto se suma que por estas horas, se confirmó lo que se sabía desde el inicio, pero que   pacientemente se fue recabando y pre estableciendo pruebas, de que los servicios de inteligencias occidentales a través del SBU y el GUR de Ucrania planificaron el atentado terrorista al Crocus City Hall de Moscú, con un saldo de 137 muertos incluyendo niños y 180 heridos de distinta gravedad.


Todo lo relatado se realizó en defensa no de intereses de los pueblos sino propios del capitalismo hegemónico que se niega a aceptar que el mundo está virando hacia otras reglas que implican la pérdida de hegemonía EEUU y su mayor patovica mundial Inglaterra; a tal punto como lo reconociò recientemente Borrell de manera deleznable para cualquier ciudadano y para un ciudadano ucraniano más aún, cuando declaró suelto de cuerpo y con una sinceridad criminal sin que se le moviera un músculo de su cara, al decir “que no se ayuda a Ucrania por amor, sino por intereses hegemónicos de EEUU y Europa.” A confesión de parte relevo de pruebas. 


Utilizaron la política facilista de tirar la piedra y esconder la mano creyendo en un resultado avasallador, pero fracasaron.  Sabían claramente que el plan era una provocación pensando que aun  eran los tiempos de los `90 y que Rusia claudicaria ante cualquier agresión por brutal que sea, aún si le estaban matando a mansalva a sus compatriotas en el Donbas desde el 2014, con Alexander Zajárchenko a la cabeza. La lógica desenfrenada de que siempre se puede ir a más. Confundieron a Putin con la sumisión de la oligarquía surgida del desahucio soviético. Nadie quiso escucharlo o simplemente lo subestimaron -creo más en lo segundo-, cuando en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en su famoso discurso del 2007, advertía que ya se habían cruzado todas las líneas rojas con la expansión de la OTAN. Una vez más como el imperio napoleónico o el Reich hitleriano se subestimó la historia de Rusia que no es una entidad artificial sino un pueblo homogéneo, compacto y unido. 


Los hechos hoy se nos presentan con las técnicas de la llamada “guerra híbrida”, la misma implicó plagar al mundo occidental de desinformación a través de todos los medios de comunicación, creando escenarios falsos, todos los  habidos y por haber.  Presentaron  un desarrollo apocalíptico a Occidente para que percibiera a Rusia como “invasor” y como artífice de todos los males y  a Ucrania como “país invadido” al que había que auxiliar, aún a costa del perjuicio del pueblo ucraniano que no le importa ni a Borrell como lo expresó, ni a los gobiernos de Europa que hoy ven como los dineros de sus ciudadanos drenan descaradamente en pos de intereses personales de un puñado de oportunistas dueños de empresas contratistas de la guerra.


La defensa que Rusia haría  de los ciudadanos compatriotas en territorio ucraniano les venía como anillo al dedo. Creyeron que podían  presentarle al mundo  a Rusia como al lobo y a Ucrania como caperucita roja y que esta iba a ser una tarea sencilla de la que saldrían airosos. Lo que no tuvieron en cuenta en esta estrategia es que  que ese antiguo cuento infantil que Charles Perrault, que escribió en el siglo XVII y que otros atribuyen a orígenes aún más antiguos, no podría ser sostenido por mucho tiempo y todo este falso tinglado se desplomaría por la propia fuerza de los hechos que saldrían a luz develando sus verdaderos propósitos. Admito que a pesar del desarrollo de las telecomunicaciones han pasado casi 10 años para que gran parte del mundo Occidental y de sus pueblos y de su opinión pública” recién empiece a abrir sus ojos". Pensaba que a Vietnam le llevó 25 años para que el mundo comprendiera que el pueblo de Ho era la nación agredida…


Así se presentó el conflicto desde en un inicio, en base al cual Rusia fue multi sancionada, aislada, y hasta excomulgada diría,  por la sus acérrimos enemigos llámese Unión Europea con Gran Bretaña a la cabeza, estado traidor hasta de sus propios socios con su Brexit para no ir muy lejos, y otros países alineados por la necesidad o por el espanto, que promovieron la más alta cantidad de sanciones y confiscaciones que a país alguno es dable establecer. Sanciones sin precedentes. EEUU se aburrió sí de invadir territorios y arrasar ciudades llenas de gente en ellas ¿acaso fue sancionado alguna vez?. Los hechos se miden con diferente rasero y el mundo -por ahora- sigue andando…


Esta manipulada imagen rusófoba  llevada a cabo con estratégias de “la guerra híbrida” que niegan aplicar, acusando a Rusia de ser la artífice de todos los males, sería ingenuo pretender analizar aplicando  la  lógica  histórica de las leyes de la guerra tradicional, ya que estos nuevos tiempos, y estas estratégias de desinformación y formación de la opinión pública  requieren necesariamente de una reformulación de conceptos  que permitan revertir la campaña de desprestigio que desde Occidente se genera con las dificultades que ello implica ya que se aplican censuras a los canales rusos, etc. El “mundo unipolar” pretende difundir como verdadera sólo su versión.


Requiere por tanto  de una mirada más amplia que contemple todo el contexto en el que se gesta el conflicto y el rol que juegan en él factores como lo es la información, con los nuevos elementos tecnológicos y cibernéticos de difusión.


En este nuevo escenario, se usan herramientas cibernéticas que no apelan  al análisis para la formación de la noticia, sino al impacto visual y psicológico,  a la desinformación a través de los medios de comunicación juegan un rol importante, porque las noticias se generan en forma espontánea  y con una rapidez vertiginosa y desordenada. A modo de ejemplo   al día de hoy un hombre que sube una imagen a la red genera una “noticia”, esa imagen que puede ser tergiversada y falsa  pero es relevante en la medida del impacto potencial que puede generar para formar opinión pública, ejemplo de esto la operación en la ciudad de Bucha.


Fin de la parte I, continuará.


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